Es sistemático y debo reconocer que no encuentro una lógica que me haga digerir semejante basura. Es más, a ésta altura creo que nos hemos (mal) acostumbrando a ver pasar éste tipo de cosas como si nada pasara y lo peor del caso es que lo tenemos incorporado como una regla natural en nuestro vocabulario, impotentes, además, ante la desidia de quienes deberían poner en valor la estética de una nación.
En la revista Noticias, el periodista Franco Linder desgrana el inexplicable incremento de la fortuna de los Kirchner, que pasaron de declarar 17.824.941 pesos a 46.036.711 en el transcurso de un año, y que desde el 2002 hasta hoy multiplicaron su riqueza por 21.
Está claro que seria redundante practicar un análisis sobre este fenómeno llamado Kirchner, soy el menos indicado obviamente. Pero me caben algunas reflexiones – a modo de catarsis - como para amortiguar este estado de insomnio ante semejante corrupción que el matrimonio que nos gobierna descaradamente nos enrostra sin que se les mueva una puta pestaña.
¿Alguna vez se hará justicia en esta especie de país que nos toca vivir?
Soy escéptico por naturaleza propia y no creo en la justicia, mucho menos en la nuestra que hasta el presente no ha dado señales de vida como para que opine lo contrario. En nuestras latitudes son un montón de de reglas y normas que en el peor de los casos son implacables con el que se afanó un par de gallinas para morfar y pará de contar. Para el resto presunción de inocencia o inocente hasta que se demuestre lo contrario.
No puedo creer en nuestra justicia porque tiene precio establecido, por ejemplo; cuando más grande es el delito económico mejores abogados tendrá el imputado y seguramente más rápido será la fuga legal para que pueda disfrutar sus bienes gananciales.
Alguna vez o casi siempre hablan de justicia social y tampoco la creo porque no creo en lo que no veo. En otros términos seria la famosa justicia distributiva, término que reafirma mi escepticismo galopante y en este ítem lo que sí funciona a la perfección es que “cuando más tengas más se te dará y cuando menos tengas más se te quitará”, seria el caso inverso de practica frecuente.
Alguien alguna vez me habló de justicia divina que, dicen, suele ponerse del lado del inocente a base de plagas, diluvios y rayos a diestra y siniestra. Pero es una justicia al pedo porque se corre el riesgo que en la volteada paguen justos por inocentes.
Entonces, debo entender que ante la millonaria escalada patrimonial de los K nuestra bendita justicia seguirá con el ojo tapado sin que su balanza se incline hacia ningún lado, es decir, nos meterán el dedo en el culo y no negarán que está bien metido.
1 comentario:
Ya no existe la justicia, tiene solo un ojo tapado, al no haber justicia y solo corrupciòn es como que ya no queda nada, entonces a lo mejor es hora de salir del letargo y de una buena vez pongamos los ovarios y las pelotas sobre la mesa y salgamos a decir basta.Ocurrio en muchas partes del mundo si nos ponemos a leer un poco de historia.Porquè no aqui?El supuesto cambio que votamos es nada màs que un Kambio, donde CFK lo ùnico que hizo es cambiar de lugar a sus muñecos porque estaba un poco aburrida.
Seguimos siendo los giles de siempre que bajamos las cabezas y continuamos acatando ordenes de toda una comitiva de sinverguenzas...hasta cuando?
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